Tener un hábito significa hacer algo sin pensarlo, algo que ya es parte de nuestra vida y que no requiere esfuerzo para realizarlo ni ningún tipo de motivación, pero ¿cómo formamos un hábito?
La creación de un hábito se basa en la repetición de una acción, por ejemplo: tomar un jugo saludable todas las mañanas, después de repetirlo continuamente, llega el momento en que ya lo hacemos sin pensar.
Eso es un hábito, hacerlo en automático, así como hacemos las cosas más cotidianas, todos sin darnos cuenta tenemos decenas de hábitos que ya son parte de nuestra vida diaria.
Pero ¿Cuánto tardamos en crear un hábito? ¿una semana? ¿un mes? ¿un año?
Existen estudios que comprueban que repitiendo lo mismo por 21 días se puede formar un hábito, otros estudios dicen que no hay tiempo definido, y otro más dicen que se necesitan 70 días.
Pero todos concuerdan en que el tiempo varía dependiendo de la persona, el contexto y el tipo de hábito.
Entonces; ¿Cómo hacemos para crear buenos hábitos?
Es importante hacerlo por fases, la primera fase es la fase de iniciación, hay que definir que se hará, a qué hora y por cuánto tiempo. Por ejemplo: tomaré un jugo verde todos los días antes de irme al trabajo.
Ya teniendo muy clara la primera fase sigue la segunda: la fase del aprendizaje, que es en el cual la acción se repite para fortalecer la asociación contexto-comportamiento.
El logro de un hábito acaba con la tercera fase: la fase de estabilidad, en la que el hábito se ha formado y se ha consolidado, de manera que se puede realizar siempre y sin esfuerzo.
Concéntrate en un solo hábito, no quieras hacerlos todos al mismo tiempo, si enfocas la atención en una sola acción la probabilidad de que se concrete aumenta de manera significativa, intentar mas de uno te costará mucho más.
La motivación es fundamental cuando realizas una determinada acción, eso lo hace más fácil, pero a medida que pasa el tiempo, la motivación empieza a disminuir, es importante mantenerla para poder continuar.
La tentación de abandonar será inevitable, cuando eso pase: imagina como todo mejorará en tu vida con el nuevo hábito, no te obsesiones con aquello a lo que estas renunciando, ya sean ciertos alimentos, piensa en los beneficios y en los cambios positivos que tendrás.
Si tienes previsto algo que te saque de tu rutina, por ejemplo, un viaje, espera a que pase para poder formar el hábito, ya que tiene que hacerse sin interrupciones para un mejor resultado.
Aunque parezca que ya llevas mucho tiempo haciéndolo, no te detengas, cada persona tiene su ritmo y no hay tiempo determinado para conseguirlo.
Lo mas importante es no desesperarte, tarde o temprano con disciplina lo lograrás, somos los que hacemos repetidamente, la excelencia no es un acto, sino un hábito.
Todos tenemos sueños, sueños que deseamos se hagan realidad, pero estos nunca se materializarán sin buenos hábitos.
Si formamos hábitos que tienen relación con lo que deseamos alcanzar, el proceso que nos hará acercarnos a nuestro sueño se volverá cada vez más fácil, fluirá por sí solo.
No se formarán de la noche a la mañana, habrá que dedicarles esfuerzo, tanto físico como mental y estar completamente enfocados en su consecución.
Todo en la vida es un proceso, pero al final, conseguiremos que sean parte de nuestra vida cotidiana, no perdamos de vista el objetivo por el cual lo hacemos.
Es muy cómodo soñar con alcanzar el sueño que tanto ansiamos, lo que no es cómodo es el tener que trabajar todos los días en él.
No es lo mismo conseguir caminar media hora todos los días que cargar cierto peso durante media hora, el esfuerzo es mucho más grande en el segundo caso y las ganas de hacerlo serán menores.
Ya que hayas conseguido el hábito lo que sigue será ir mejorándolo, por ejemplo: ya logramos integrar el jugo nutritivo todas las mañanas, ahora agreguemos comida más saludable y después un poco de ejercicio, es ir poco a poco cambiando nuestro estilo de vida, de forma progresiva.
Nunca hay que autoengañarnos, ni darnos algún tipo de permiso “justificado” para no realizar nuestro objetivo.
La pereza es una constante en la vida de todos, será más fácil volver a tu rutina anterior, y ponernos excusas como: no tengo tiempo, no tengo el recurso, tengo otras cosas que hacer, etc.
Todo lo anterior no es el enemigo, el peor enemigo que tenemos somos nosotros mismos.
Necesitamos tener bien identificadas todas las excusas que vamos a sacar y tener un plan para evitarlas.
Los sueños no se cumplen solos, hay que ponerle ganas y empeño para alcanzarlos.
No le dejes las cosas a la memoria, necesitamos de una ayudita, programa alarmas, deja post its, todo lo que te recuerde que debes hacer y cuando, al menos la excusa de haberlo olvidado ya no será válida.
Dale seguimiento a tu progreso, apunta en una libreta todos los días en los que se ha y no se ha cumplido el hábito a realizar.
El día que no se haya realizado anota porqué, es mejor si tienes bien detectados los obstáculos que hayan surgido durante el proceso, y siempre celebra, es muy importante ver en que medida se está logrando lo propuesto.